12.- ELSA CEPPI MAYOL DE LUPÉ, n. 24 DE OCTUBRE DE 1902 EN PARIS, m. EN SANTIAGO EL 15 DE ENERO DE 1993 (91 AÑOS)

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EN PROCESO DE ELABORACIÓN

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ELSA CEPPI MAYOL DE LUPÉ, quien fue siempre la Elsita, tanto para sus padres, como para sus hermanos, amigos, hijos y nietos; nacida en París, fue la hija mayor de Don Hernenegildo Ceppi Rossetti (*) y Doña Germaine Mayol de Lupé Caracciollo. VER EN : http://ceppi-chile.blogspot.com/2011/08/blog-post.html
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Que siempre fuera llamada la Elsita por todos los que la conocieron, no se debió sólo a su pequeña estatura y delicada figura; sino también a su modo de ser esencialmente alegre, afectiva, romántica, soñadora y sociable, lo que le dio hasta muy avanzada edad un aire juvenil que se acompañaba de una mente abierta e inquieta por todo y todos los que la rodeaban.

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Luchadora incansable, como su padre, sin ningún dejo de agresividad, quería hacer de su vida personal y familiar un mundo cada día mejor, pese a las permanentes dificultades que se le atravesaban en su camino.

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Amaba la vida con pasión y temía profundamente a la muerte. Gozaba con el contacto con la naturaleza y calmaba sus angustias caminando incansablemente por la orilla del mar desde las Cruces hasta Cartagena, ida y vuelta, la mayoría de las veces sóla. En otras oportunidades, partía desde Caleta Abarca en Viña para llegar cerca de Valparaíso. Gustaba entregar afecto y recibirlo con la misma disposición. Con un fuerte sentido práctico, heredado de las decenas de generaciones de suizos que la antecedieron, gastaba una parte importante de su día, ordenando y reordenando sus pertenencias personales y documentaciones.
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Su amor por la vida y la salud se expresaba en que no dejó pasar un día sin hacer sus ejercicios de "yoga", incluso cuando por su edad muy avanzada y casi no podía moverse. Sin perjuicio de lo anterior, disfrutaba diariamente su copita de vino al almuerzo, un 'pisco sour' al ponerse la tarde y si la ocasión lo ameritaba, un vasito de wisky con hielo.
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Las fotografías que acompañarán esta página dedicada a ella hablan por si sólas de su ser íntimo, mucho más que las palabras que tanto sus hijos, nietos, hermanos y sobrinas pudiesen decir de ella.

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LA NIÑEZ :

ELSITA EN BRAZOS DE SU MAMÁ

EN ESCRITORIO DE SU PAPÁ (1903)

(SU PRIMERA FOTO EN CHILE)

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RITA(1)  Y  ELSITA(3) EN 1905 

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RITA, ELSITA Y ROBERTO

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ELSITA JUNTO A SU PADRE Y HERMANOS(1917)

Don Hermenegildo, Sergio, Francisco y Roberto

(N.E. Los perros acompañaron a Elsita durante muchos años)

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ROBERTO, SERGIO, ELSITA Y FRANCISCO (1917)

ROBERTO, SERGIO, ELSITA Y FRANCISCO

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Curiosamente, pese a ser tan frágil en su apariencia física, al punto que Doña Germaine le decía sus otros hijos, que no la hicieran rabiar ni la molestaran, pues por su debilidad, moriría muy joven; resultó que los sobrevivió casi a todos, salvo a su hermano Sergio, 9 años menor, quien la siguió un par de años despúes.

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Como explicación de esa fragilidad, su madre relataba que la causa había sido la mala calidad de la leche del barco que las trajo a Chile con ella recién nacida, pues la leche de las vacas que venían abordo no era apropiada para una guagua, lo que produjo que la niña estuvo a punto de morir en la travesía de más de un mes como consecuencia de los sucesivos vómitos y colitis. (Posiblemente, en esa época no era costumbre que las señoras aristocráticas dieran pecho a sus guaguas, sino que se contrataban "nodrizas" que cumplían esa función, lo que no habría sido posible durante la travesía).

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ELSITA (16), RITA (15) Y SU POLOLO AGUSTÍN Y

SERGIO, EN SAN BERNARDO 

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De este periodo de su vida, tenemos de primera fuente las opiniones y recuerdos de su hermano, casi diez años menor, Sergio, que en sus memorias familiares dejó estampado un retrato de esa primera época y cuyos rasgos principales permanecieron vigentes durante casi todo su vida.

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"Elsa, la hija mayor, era práctica, activa y muy lista, sin aparentarlo. Sabía desenvolverse muy bien y nunca le faltaba el dinero. Como tenían crédito en la librería de don Delfín, ella se las arreglaba para sacar unos pesos con cargo a libros o cuadernos que se cargaban a la cuenta familiar; produciendo en más de alguna ocasión el espanto del papá al recibir algunas abultadas cuentas. Sin embargo, es justo reconocer, que gracias a los empeños de Elsa, siempre la casa estaba presentable y arreglada, permitiendo recibir con dignidad a las visitas". (N.E.Páginas 34 y 35 ).

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"Contaba Elsita, que un día que ingresó al cuarto de su padre, mientras este dormía profundamente, descubrió que un billete asomaba del bolsillo de la chaqueta colgada del respaldo de una silla. La tentación fue muy grande, pensando que no sería descubierta y en todo lo que podría comprar para arreglar algunas cosas 'indispensables' de la casa, prontamente se acercó y puso el dinero en sus bolsillos. Como todo salió tan fácil y al parecer el papá no se había dado cuenta de la pérdida, la historia se repitió varias veces durante el mes. Sin embargo, pasado un tiempo y llegado el momento de pedir las 'mensadas' establecidas para cada uno de los hijos, el papá sacó su libreta y en lugar de darle su dinero a Elsita, le señaló todas las cantidades que ella le había sacado creyendo que dormía y que en consecuencia, ese mes se quedaría no sólo sin dinero, sino que aún estaba endeudada con él".

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De su niñez, transcurrida en la casona de San Bernardo hay pocos recuerdos relacionados directamente con ella. Sin embargo, Sergio Ceppi, dejó un conjunto de simpáticas anécdotas ocurridas en ésta, junto a una foto desvanecida del jardín que él redibujó cuidadosamente.

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CASA QUINTA DE SAN BERNARDO

En la banca, elegantemente ataviada, Mme.

Germaine, supervisa a las dos "nanas"(1904)

Magdalena cuida a Elsita (2años) y

Laura a  Mª Teresa (Rita) (1 año)

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Según relata Sergio Ceppi, en sus memorias "La casa-quinta de San Bernardo tenía dos pisos y era una enorme mansión (*) que ocupaba un cuarto de manzana, incluyendo la Huerta. Su distribución era muy simple : tres galerías dispuestas en forma de U que encerraban un jardín interior, tal como se puede observar en el dibujo anterior. Al fondo de las dependencias,vivían los cuidadores; y, al oriente, contiguo a la casa estaba la huerta".

(*) N.E. Posteriormente, esta casa durante algunas de las estadías de la familia en Santiago, se subdividió, arrendándose el primer piso al Club de Oficiales del Regimiento de Infantería, quedando la familia sólo con el segundo piso. Finalmente, mucho después el Ministerio de Educación la compró e instaló allí el Liceo de Niñas de San Bernardo, donde funcionó por muchos años hasta que fue demolida).

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"La primera vez que llegó al lugar Mme. Germaine, le agradó contemplar los árboles cargados de frutas, que maduras sembraban el suelo, y grande fue su sorpresa, observar que a la entrada de la casa, coronando la imponente reja había un monograma con letras las letras G y C en hierro forjado, que correspondían a sus iniciales de casada : Germaine Ceppi. Lo que ella no supo en ese momento, que se debía un mera coincidencia con las iniciales de su antigua propietaria, doña Guillermina Castellón".

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"Todo le pareció muy bien, es decir casi, pues independiente de su tamaño, la casa carecía de una torre acorde con su rango y su tradición. Don Hermenegildo, condescendiente, pronto subsanó el problema y puso a trabajar sus carpinteros para levantar, aunque algo pequeña, la torre deseada. No era lo que ella seguramente esperaba, en contraste con sus propiedades familiares en Nuits Saint Georges, Francia, pero al menos se cumplía en algo con la tradición familiar".

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"Un pequeño ejército de servidores apoyaban la crianza de los niños; Magdalena, la más antigua, cuidaba de Elsa; Laura era la niñera de Rita y Rosa la encargada del cuidado de Roberto; además, una cocinera y una ayudanta que se encargaba del servicio de la mesa. Finalmente, Eleazar, el jardinero y cuidador de la huerta y de la casa, completaban el abundante personal que en esos tiempos era posible tener dado que la alimentación era muy barata y los salarios muy exiguos".
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Del terremoto del 16 de Agosto de 1906, con epicentro en Valparaíso, cuando tenía casi cuatro años, posiblemente le quedó un fuerte temor a los temblores, dado que aparte de haber sufrido la caída de algunas murallas de la casa, tuvieron que acampar durante varios días en el patio soportando los sucesivos sacudones de la tierra bajo sus pies. Lo anterior se vio agravado por una copiosa lluvia que cayó a continuación.

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"Hacia fines de 1910, Doña Germain que se encontraba mal de salud, se vino a vivir a Santiago a una casa que se arrendó en Avenida B. O'Higgins Nº 2179, calle que en esa época llevaba el hermoso nombre de Alameda de las Delicias y que la sociedad de la época utilizaba como un elegante paseo social y por cuyos costados corrían sendas acequias de riego a 'tajo abierto'; además de contar con cuatro hileras de álamos".

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LAS MUDANZAS ENTRE SANTIAGO Y SAN BERNARDO
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"Durante este período, la familia continuó viviendo en San Bernardo bajo el cuidado de Magdalena y de Don Hermenegildo, quien en una cariñosa carta que le dirige a su esposa le relata las vivencias diarias ocurridas en su ausencia".

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CARTA DE DON HERMENEGILDO A SU ESPOSA

N. E.: AMPLIAR HACIENDO CLICK SOBRE LA CARTA

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"Posteriormente, la familia se radicó en Santiago, por lo menos a contar de 1912 ya se encontraban allí establecidos, mientras doña Germaine seguía consagrada a sus hijos y cada vez más alejada de los círculos sociales de la época".

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"En una carta suya, Doña Germaine, describe su modo de pensar y actuar a este respecto:

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" Todo aquí es confortable, aunque sin lujo. Los Amunategui disfrutan de menos comodidades y viven más para las apariencias. Tal vez tengan razón. Encontrándose en sus medio, en su sociedad quieren representar. Pero yo tengo razón también de llevar una conveniente, pero reservada, teniendo tanto que hacer por mi familia y tan poco por los demás. Cuando Elsa tenga 12 o 14 años será diferente". (Posteriormente, reflexionaban Sergio y sus hermanos, que cuando eso ocurrió ya era demasiado tarde para incorporarse a la vida social en un buen pie, pese a que los niños estudiaban en los Padres franceses de la Alameda y las niñas en las monjas de los Sagrados Corazones, donde una de sus tías Monjas profesaba como Superiora de la Congregación en Francia". (También relataba Elsita, que cuando se incorporaron al colegio, siendo muy niñas, sufrieron un feroz bochorno, debido a que las monjas del colegio formaron a todas las niñas en el patio escolar para presentarles a estas dos nuevas alumnas nacidas en una aristocrática familia de condes franceses, con el triste resultado que habiendo finalizado el acto formal, las niñas rodearon a las dos hermanitas de 10 y 8 años, para hacerles bromas por su condición, cantándoles en ronda un estribillo en el que les decían 'condesas de la basura').

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"Sin embargo, muy pronto los médicos aconsejaron por razones de clima, que nuevamente se trasladara al balneario de Cartagena, donde debía guardar cama como consecuencia de una sucesión de varias 'pérdidas' ocurridas después del nacimiento de su hijo Francisco en 1908".

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"Así fue que el médico le aconsejó, y ella lo asumió, que si quería tener otro hijo debería guardar reposo absoluto durante los ocho meses del embarazo y cuyo fruto fue el nacimiento de su hijo Sergio el 1º de Diciembre de 1911".

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(Las palabras de Doña Germaine, respecto a Elsita resultaron proféticas, pues por su carácter sociable y amistoso, paulatinamente numerosas amistades, recelosas inicialmente, la fueron acogiendo en sus casas e integrando a la mayoría de las actividades propias de la pubertad y adolescencia de esa época. Particularmente importante en este proceso fueron algunas amigas de San Bernardo provenientes, tanto de algunas familias aristocráticas empobrecidas, como de otras que residían en la pequeña ciudad o de las que todos los años llegaban a veranear a San Bernardo, transformando la vida social pueblerina en un permanente festival de actividades sociales y recreativas).

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Para comprender las dificultades de los jóvenes Ceppi Mayol de Lupé, conviene volver a recurrir a las memorias de Sergio Ceppi, quien refiriéndose a su madre señala: "Ella influyó en la educación de sus hijos más que su marido, por que estaba más en contacto con ellos. Como resultado, el aspecto positivo derivado de esta situación fue la transmisión de una fuerte sensibilidad, buen gusto y refinamiento; y como aspecto negativo: hacer creer a sus hijos que, por derecho propio, debían pertenecer a la alta sociedad, en circunstancias que nunca hubo el dinero necesario para lograrlo".

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"Este falso concepto de la vida hizo que sus hijos llegaran a avergonzarse de que su padre tuviera una barraca y el tío Santiago una marmolería. Posiblemente él debió haber sufrido el sentir que sus hijos menospreciaban su obra, pese a los enormes esfuerzos realizados para levantarla. La verdad es que en esa época, a un caballero sólo le era permitido ser terrateniente o, al menos, ser abogado de alguna compañia extranjera".
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LOS HERMANOS EN LA ADOLESCENCIA :
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Continuando con el relato de Sergio Ceppi : "María Teresa (Rita), algo menor que Elsa, era muy diferente. Alma romántica y temperamento abúlico, vivía como una sombra, sin ruidos ni estridencias en medio de las inquietudes y juegos de sus hermanos. Nunca exteriorizó sus emociones ni perdió su natural templanza. Pero sabía reír con las truculentas historias que le contaba su hermano Roberto".

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Mª TERESA (RITA) CEPPI DI LECCO

(1918 - 16 AÑOS)

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"Cuando Rita no estaba obligada a ir al colegio, se levantaba pasado el mediodía y, después de almorzar se instalaba a coser en su máquina o a pintar la cordillera que desde la galería se veía en lontananza. Salía muy poco de casa y no se recuerda que haya tenido amigas o que hubiera asistido a una fiesta o recepción. parecía que su mayor deseo era que la dejaran tranquila para poder soñar".
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 AGUSTÍN, RITA, ELSA, ROBERTO (1919)

EN PLAZA DE SAN BERNARDO (1919)

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"Francisco (Pancho) era de espíritu artístico, normalmente sereno pero con arranques impetuosos. Tenía el aire de un gran señor y grandes condiciones que no fueron aprovechadas, quizás por falta de dirección, o talvez por falta de perseverancia". (Posteriormente, al cabo de algunos años, Pancho se transformó en el compañero de "los bailes" de su hermna Elsita, pese a la diferencia de edad entre ambos (6 años) donde era muy bien acogido por su excelente presencia, simpatía, buen bailarín y caballerosidad.

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FRANCISCO CEPPI (a la derecha)

EN CARTAGENA CON UN AMIGO

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ELSITA, CARLOS Y PANCHO CEPPI

EN PLAYA DE CARTAGENA

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Sus vínculos continuaron toda la vida, gracias a que Sonia Ternstrom, su esposa sueca, se transformó en una de las mejores amigas de Elsita y fue un poderoso vínculo entre los hermanos y sus respectivos hijos.

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"Roberto, por su parte, el mayor de los varones, empezó desde muy joven a tener problemas con el papá. En esos años no se conocía casi la psicología (aunque en Europa ya estaba de moda) y el mejor remedio para los problemas conductuales eran los azotes (...)"
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ROBERTO (14 años)

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"De todos los hermanos, sin duda, Roberto siempre fue considerado el más inteligente, pero a juicio de sus hermanos, algo no resultó, porque tomaba la vida como un juego, burlándose de todas las convenciones y no aceptando responsabilidades. Los esfuerzos que hizo el papá para encausarlo de acuerdo a su formación de empresario fueron contraproducentes y sólo sirvieron para crear un abismo entre ambos". .

Elsita, contaba a sus hijos que Roberto la había hecho sufrir mucho durante su prohibido "pololeo" con Carlos Vila, delatando los escasos contactos que lograba tener con su joven enamorado, o abriendo los candados de su libro de Recuerdos o su Caja de Secretos, o escondiéndole las apasionadas y poéticas cartas que le enviaba con la complicidad de Magdalena su "nana y chaperona").

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Sergio, en cambio, quizás por ser nueve años menor, jugó un rol inicialmente de menos importancia en la vida de Elsita. Sin embargo, al cabo de los años terminó siendo su gran amigo y protector en cuanto asunto económico o administrativo que pudiera surgirle al camino, además de haber sido el primero en recibir como amigo al "repudiado" Carlos Vila.

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SERGIO CEPPI JUNTO A SU ESPOSA RAQUEL

EN ANIVERSARIO DE MATRIMONIO

N.E. La biografía de Sergio Ceppi la está elaborando su hijo José Pablo.

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VIDA Y COSTUMBRES EN SAN BERNARDO :

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EN PROCESO DE ELABORACIÓN.
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EL GRAN AMOR DE SU JUVENTUD : CARLOS VILA ALIAGA

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Por su carácter romántico, siendo casi una niña de 14 años, se enamoró profundamente de un joven, igualmente romántico, dos años mayor que ella, proveniente de una familia San Bernardina, parcialmente venida a menos y fuertemente discriminada por la sociedad local.

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Esta relación fue rechazada inmediata y tajantamente por los padres de Elsita en cuanto la descubrieron, pese al secreto con que la que habían logrado mantener.
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El pretendiente era todo lo contrario de lo que los potenciales suegros esperaban para su hija mayor, considerando los fuertes prejuicios de carácter racial, social y culturales de los progenitores.

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Fue tal la indignación de Don Hermenegildo, que ordenó a Manuel, el mayordomo, que hiciera guardia armado de un garrote en el frontis de la casa para impedir las rondas del osado pretendiente, que cada vez que transitaba ferente a la casa lanzaba encendidas cartas de amor hacia el interior de la casa y que la joven doncella recogía oportunamente.

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Por su parte, Doña Germaine, hacía valer sus influencias para que el Cura Párroco, en la homilía dominical predicase denunciando este horrible atrevimiento, poniendo en difícil situación a la modesta madre del acusado que debía escuchar las denuncias, procurando por su parte impedir que su enamorado hijo saliera de noche a importunar a la familia denunciante, mediante el expediente de esconderle su único par de zapatos. (Contaban en la familia Vila, que Carlos, en su desesperación por ver aunque fuera de lejos a Elsita, se fabricó con cartones y otros materiales algo que de noche se parecía a un par de zapatos a fin de poder pasearse furtivamente frente a la ventana de Elsita, cuando Manuel, ya cansado de vigilar había entrado al interior de la casa).

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En este periodo, su hermano Roberto se transformó en el peor enemigo de la relación amorosa, delatando y desbaratando todas las artimañas que los enamorados inventaban para comunicarse. Pero como suele ocurrir en estos casos, mientras mayor es la oposición, más y más fuerte fuerte se hace la atracción.

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CARLOS (CIRILO) VILA ALIAGA

(1916-16 AÑOS)

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CARLOS VILA ALIAGA

17 AÑOS (1917)

CARLOS (CIRILO) VILA ALIAGA

ESTRUDIANTE DE DERECHO (1920)

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CARLOS VILA ALIAGO JUNTO A SUS HERMANOS

EN FOTO DE EGRESO DEL LICEO DE SAN BERNARDO

N.E. De esta época no hay fotos con los dos juntos, pues durante los primeros años el "pololeo" se realizó sólo por cartas y señas hechas a la distancia en los paseos de la plaza o en alguna salida a la calle, siempre acompañada de hermanos y "nanas".

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Algunos años después, tanto don Hermenegildo, como su esposa tuvieron que rendirse a la evidencia de que nada podrían hacer, aceptando a regañadientes al futuro yerno, que pese a todas las dificultades económicas había logrado egresar de la carrera de Derecho e iniciarse exitosamente en la vida profesional.

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Sin embargo, casi todos sus primeros años de pololeo ambos enamorados debieron sufrir mucho, pues como era propio en esa época, los romances eran de por sí muy complicados, pero éste aun más, por las causas ya descritas.
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Pasada la etapa más difícil de la relación, según contaba Elsita, su hermano Sergio había contribuido en la etapa más difícil a facilitar las cosas, pues gracias a su carácter afable, había hecho amistad con Carlos; quién luego de descubrir que a Sergio le agradaba mucho conversar, lo atendió como al mejor de los amigos, haciendo ambos galas de sus dotes de grandes conversadores, don con el que ambos se destacaron durante toda sus vidas.
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A partir de ese momento, la joven pareja pudo contar con un entusiasta chaperón que acompañó a Elsita en los primeros paseos autorizados de la pareja de novios a los faldeos de los Cerros de Chena.

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Finalmente, todo se resolvió favorablemente al cabo de unos años, y el novio y posterior marido hizo valer sus buenos oficios de abogado en ayuda de diversos problemas que afectaron a la familia Ceppi.

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EL NOVIO : CARLOS C. VILA ALIAGA

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Carlos, Bernardino y Gustavo, eran los tres hijos varones de Don Cirilo Vila Magallanes y de su joven esposa Doña Estenia Aliaga Monardes.

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Don Cirilo, era a su vez hijo de un rico propietario de San Bernardo, ciudad a la que se había retirado luego de hacer su fortuna como Notario de Minas en Copiapó y haber escrito el Código Minero Chileno.

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También, Don Cirilo era hermano de Doña Amalia Vila Magallanes, casada con su primo don Manuel Magallanes Moure, co-fundador del famoso Grupo Artístico de los Diez.

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Sin embargo, don Cirilo, rompiendo las normas y estructuras sociales de la época, se casó en Antofagasta con una niña mucho menor que él, de origen mestizo, español-aymara, cuyos rasgos morenos y nativos eran inconfundibles, lo que produjo el rechazo de toda la familia Vila y particularmente de sus hermanas.

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A lo anterior, debe agregarse que Don Cirilo, había abandonado su carrera de abogado para iniciarse, sin éxito, en la vida de los negocios y de las minas en el norte de Chile, lo que lo llevó a perder gran parte de su fortuna.

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En estas condiciones, el joven Carlos, junto a sus hermanos, debió realizar sus estudios en el recién creado Liceo de San Bernardo, y del cual egresaron juntos los tres hermanos con destino a las tres profesiones clásicas del país: Carlos a Derecho, Bernardino a Ingeniería Civil y Gustavo a Medicina.

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En este ambiente familiar modesto, sin embargo, se criaron los Vila Aliaga rodeados por ilustres personajes de la cultura nacional de la época. Así, en los almuerzos hogareños, era frecuente encontrar a Pablo Neruda, Pablo de Rocka o Gabriela Mistral en alguna etapa de sus vidas. (Esta última, Gabriela Mistral, se llevó a Doña Estenia, la mamá, a trabajar con ella en la Escuela de Niñas que dirigía en Santiago).

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EL NOVIAZGO

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Elsita, obtuvo la autorización familiar para verse con Carlos, pasado los 17 años, iniciándose un largo "pololeo" de diez años, plagado de peleas motivadas por los comprensibles celos del novio, que veía que Elsita era permanentemente cortejada por numerosos pretendientes que contaban con un mayor beneplácito familiar y una mejor posición socioeconómica.

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Sin embargo, pese a una fuerte crisis que amenazó seriamente el largo romance, pues Elsita en medio de una de las peleas más grandes que tuvieron se puso de argollas con un joven que la pretendía seriamente, y del que, afortunadamente para Carlos, Elsita se arrepintió a última hora, rompiendo el compromiso contraído. Este hecho, fue decisivo pues ambos acordaron casarse prontamente.

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Las fotos siguientes se tomaron en paseos junto a amigos y hermanos, pues pese a haber sido autorizado el pololeo y noviazgo, tal como lo relata Sergio, en casa de Elsa se hacía muy poca vida social.

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CARLOS VILA EN CARTAGENA JUNTO

A ELSITA, WALDO VILA y AMIGOS (1926)

De derecha a izq. Carlos, Elsita, Waldo y amigos

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EL MISMO GRUPO EN OTRA TOMA

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ELSITA, CARLOS, PANCHO CEPPI,

PITO CRISTI Y AMIGA EN CARTAGENA (1926)

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FRANCISCO, RODOLFO (PITO) CRISTI y AMIGOS

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GRUPO AMPLIADO DE AMIGOS EN CARTAGENA (1926)

N.E. La amiga con la cara recortada era una rival de Elsita

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WALDO VILA, ELSITA, CARLOS Y AMIGOS

N.E. Esta foto corresponde al año 1929, poco antes del matrimonio de Elsita,
quien fue una de las primeras mujeres en manejar su propio auto en Santiago.

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ELSITA CON AMIGA EN
CANCHA DE TENIS (1930)

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SOFÍA IZQUIERDO Y ELSITA
EN EL ARRAYAN (1936)

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CARLOS VILA JUNTO A ELSITA (1927)

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ELSITA A LOS 25 AÑOS (1927)

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Durante la larga ausencia de su madre, quien viajó a Europa por un largo periodo para visitar a su familia (*), Elsita quedó de dueña de casa con su padre, haciéndose responsable de los gastos y arreglos de la casa, lo que pese a que los dineros disponibles para ello no eran abundantes, si lo era el ingenio para recortar en los gastos diarios (**) y comprar de ocasión todo lo que consideraba necesario para tener una casa presentable. (*) N.E. : El viaje tenía como segundo propósito sacar a sus dos hijas de Chile a la brevedad, dado que se habían enamorado de dos chilenos (Carlos y Agustín) lo que era fuertemente rechazado por ambos padres; sin embargo, Elsita se las ingenió de mil formas y logró que no se la llevaran, no así Rita, que fue a sufrir a Europa el alejamiento de su joven amor a quien le fue fiel y leal pese a las múltiples intentos de la familia francesa de presentarle pretendientes ad-hoc a las pretensiones maternas). (**) Probablemente, la compra de su Ford Coupé fue fruto de esos ahorros.

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ELSITA RECIÉN CASADA ( 27 AÑOS, 1930)

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LOS AMIGOS NORTEAMERICANOS:

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Ya fuese por la dificultad de profundizar las amistades con las personas que había conocido en su juventud vinculadas a la "sociedad santiaguina" fuertemente estructurada en grupos muy cerrados, o por su espíritu abierto e inquieto, Elsita optó por ampliar su círculo de amistades, incluyendo a la reciente colonia norteamericana que se estaba formando en torno a las empresas del Cobre y los negocios. Para ello, se matriculó, junto a algunas de sus amigas en el Instituto Chileno Norteamericano para estudiar inglés y se inició en la práctica del Golf, lo que le permitía practicar el idioma y construir nuevas relaciones, al punto que una de sus mejores de la infancia, Lala Troncoso, se casó con uno de estos amigos.

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Estos amigos americanos, la acompañaron todo el resto de su vida, y pese a que la mayoría de ellos se regresó a su país, durante cuarenta o cincuenta años mantuvieron una nutrida correspondencia basada en los recuerdos y la profunda amistad que Elsita y Carlos lograron desarrollar y combinar con sus otras amistades de raigambre nacional.

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Particularmente, profundo fue el lazo que formó con Warren Smith, destacado piloto de la Panagra junto a  su esposa, quienes generaron una red de amistad y parentezco con los Ceppi, que se mantiene hasta el día de hoy entre Nanette, la hija de Warren Smith,  y los hijos de Sergio Ceppi. También esa red incluye a los hijos de su íntima amiga Lala Troncoso con Nanette Smith, esposa de Raúl  Wulf.

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También, Lois xxx, durante más de cincuenta años, mantuvo una nutrida y cariñosa  correspondencia  con Elsita hasta que las circunstancias de la edad de ambas la fue espaciando progresivamente.

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LA ADULTEZ : EL MATRIMONIO E HIJOS

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Finalmente, después de doce años de un interrumpido y difícil pololeo, a fines de 1929, una vez que Carlos logró posicionarse profesionalmente como abogado de Ferrocarriles del Estado, lo que le permitió tener ingresos suficientes para establecer una familia autónoma de acuerdo al nivel de vida acostumbrado, se produjo el matrimonio entre Carlos y Elsita.

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Dada la compleja situación familiar de ambos, no se celebró el matrimonio con una fiesta suntuosa, al menos no hay recuerdos de ella ni nunca se mencionó su existencia. Probablemente, la celebraron en la intimidad, junto a los amigos más cercanos en una boda privada.

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Su primer hogar lo tuvieron en un Departamento arrendado en el entonces moderno edificio de la Plaza Italia, en los altos de la Rotisería Oriente, que en ese momento marcaba el límite oriente de la ciudad, dado que a partir de la calle Seminario empezaban las parcelas o casas quintas entremezcladas con los primeros loteos urbanos que surgían velozmente, a medida que el centro de Santiago era abandonado paulatinamente por las familias tradicionales que migraban hacia Ñuñoa y Providencia.

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Elsita, ni corta ni perezosa, recién casada empezó a ahorrar para poder comprar su primera casa con jardín y poder arreglarla conforme a sus expectativas sociales. Es decir, un lugar donde poder recibir y desarrollar una vida social, que no sólo diera agrados, sino también, que contribuyera al desarollo profesional de su marido, plenamente conciente de la importancia de las buenas conexiones para facilitar el éxito en la vida.

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Su larga experiencia de dueña de casa en el hogar paterno y su mentalidad ahorrativa, que le había permitido comprar su primer auto, fue un aporte muy oportuno, pues el dinero no abundaba en los primeros tiempos. Sin embargo, peso a peso, y tras una extenuadora búsqueda de oportunidades, logró ubicar una villa que la Caja de Carabineros construía en las calles Cirujano Guzmán, General Flores y General del Canto y que por razones poco claras se había decidido ofrecer a particulares una vez construidas.

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Por una extraña curiosidad de la vida, encontró que una de los encargados de calcular los créditos que ofrecía la Caja, era un conocido del ambiente social, Gonzalo Arrieta Díaz (*), que le buscó con infinita paciencia la fórmula de un crédito de largo plazo que se acomodase a sus estrechas posibilidades económicas del momento, permitiendole lograr su propósito. (*) Veinte años después, estando recién separada de su esposo, y luego viuda, Gonzalo Arrieta reaparecería en su vida, transformándose en su compañero durante sus muchos años de viudez; y, Raúl, el hijo menor de Gonzalo, sería el esposo de su hija María Eugenia.

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CASA DE CIRUJANO GUZMÁN 176 

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CARLOS Y ELSA
 FRONTIS DE SU CASA(1940)

CIRUJANO GUZMÁN 176
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LOS GRANDES AMIGOS Y AMIGAS

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Si algo caracterizó el largo primer periodo matrimonial de Carlos y Elsita, fueron los amigos y amigas, pues ambos eran muy sociables, pese a las muchas diferencias entre ambos, en la forma de entender y ejercitar la sociabilidad.

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Por su parte, en Elsita su sociabilidad pura o absoluta, que disfrutaba con un espíritu lúdico, aunque también pudiera tener un objetivo funcional al desarrollo personal y familiar. En ella, se combinaba un fuerte sentido estético y cierto criterio de estratificación social heredado culturalmente de su madre que no le permitía hacer amistades profundas con cualquier persona proveniente de las capas medias emergentes, que en esa época se llamaban peyorativamente "los siuticos"; aunque en su trato diario podía ser completamente llana y sencilla con todo el mundo.

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(NOTA EDITOR: La estratificación social en Chile, y en particular en Santiago, derivada del periodo de la Conquista y de la Colonizacón española, era en esa época mucho más marcada y cerrada que en la actualidad. Sin haber caído en los extremos de la estructura de "castas" de la India, gracias a la moderación de la deformada cultura "cristiana" predominante en Chile, que le permitía conjugar el "clasismo" y las grandes diferencias socioeconómicas existentes con una visión de la vida fundada en el amor de Dios. En el intermedio de la "alta sociedad" y las "capas medias emergentes", fue surgiendo un sector de familias con abolengos, pero "venidas a menos" debido a los empobrecimientos producidos por las sucesivas crisis económicas, que no quería integrarse con las emergentes, pero se resentía fuertemente con la aceptación reticente y limitada por quienes conservaban sus riquezas.

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A ese grupo, se añadían los descendientes de segunda o tercera generación de los emigrantes europeos llegados a mediados del s. XIX y que habían logrado un buen posicionamiento económico y cierta aceptación social por parte de los "aristócratas desheredados", que veían en éstos la posibilidad de recuperar sus estatus económico perdido.

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(Aquellas familias "extranjeras" que no entendieron los límites al proceso de inserción social en Chile se expusieron a fuertes sanciones colectivas, que hasta el día de hoy se recuerdan con un cierto sentido de vergüenza colectiva y una mezcla de "gloria" y "honra" por el "justo castigo" dado a los insolentes intrusos. Entre otros menores, dos o tres hechos ocurridos en la primera mitad del s. XX fueron comentados largamente durante muchos años en los diversos círculos sociales, dejaron claramente establecido que la sociedad tradicional chilena sólo abrirría sus puerta a quien ellos quisieran y no a quien quisiera: Entre estos hechos bochornosos recuerdo el "Baile de las Castagnetto" y el "Baile de las Comandarí" que a poco de iniciarse, los "aritócratas invitados" comenzaron la destrucción del decorado de los elegantes salones y sus dependencias. Un tercer hecho, no tan bullado y bastante menos escandaloso que los anteriores, fue el rechazo que la Sociedad Zapallarina le hizo a uno de los más ricos industriales del país, quien en castigo por el mal trato recibido, donó a su sindicato de obreros la mansión que había construido para su familia).

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(En la actualidad, estos hechos sociales han adquirido nuevas formas más diluídas, móbiles y múltiples, y por ende, para muchos menos traumática, estableciéndose como criterio central de la estratificación, la magnitud de dinero disponible para acceder en forma más o menos amplia a la abundante Sociedad de Consumo, que va desde los múltiples barrios, marcas de autos de lujo, colegios, paquetes turísticos, yates y helicópteros.

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Por su parte, Carlos Vila Aliaga, que provenía del mestizaje social, cultural, racial y económico de fines del s. XIX, concebía la Sociabilidad desde una perspectiva diferente, teniendo junto a sus hermanos la clara y definida concepción que orientaría sus vidas sobre la base del éxito profesional e intelectual, cuyos servicios serían cada vez más solicitados y respetados por todos, a medida que la sociedad se hacía cada vez más compleja como fruto del desarrollo científico, tecnológico y urbano.

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Sin duda, la combinación de ambos enfoques no sería fácil para ninguno de los dos esposos. Sin embargo, gracias a la "astucia" congénita de Elsita para lograr sus objetivos sin entrar en confrontaciones inútiles o estériles, se logró construir un mundo mixto en el que circulaban intelectuales como Don Eugenio Pereira Salas, Pablo Neruda, Waldo Vila Silva, Padres Fernández Pradel y Alberto Hurtado, quienes junto a distinguidos profesionales como Camilo Cobo Gormáz o Luis Vergara Donoso y las antiguas y queridas amigas de Elsa, entre las que destacaban Lala Troncoso, Lidia Castagñeto, Sonia Ternström, Alicia Dumas, Gonzalo Orrego y muchos otras personas más de diferentes esferas sociales.

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SONIA TERNSTROM (1933)

RECIÉN CASADA EN STOKHOLM

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PARTE DE MATRIMONIO DE

FRANCISCO CEPPI Y SONIA

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PARTE DE MATRIMONIO DE

SONIA TERNSTROM (1933)

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CARLOS(48) Y ELSA(46) EN 1948

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HOMENAJE A PABLO NERUDA

Carlos Vila junto a Neruda en la cabecera de la mesa

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THOMAS BATA EN PEÑAFLOR

COMPARTIENDO UN ASADO

N.E. Carlos Vila fue Presidente de Bata Chile, 

durante la 2ª Guerra Mundial y abogado de 

la Cía. durante muchos años.

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LA FAMILIA VILA CEPPI : Los hijos

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Ya fuera por la fragilidad corporal de Elsita u otro motivo desconocido, el matrimonio se demoró cerca de diez años en tener su primer hija que con su nacimiento inauguró la sala de partos de la Clínica Santa María el 20 de Noviembre de 1939. Gracias a esos largos años de espera, los esposos pudieron consolidar sus objetivos económico-sociales más inmediatos y encontrarse preparados para recibir a la primera hija, con gran alegría.

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ELSITA CEPPI (37) CON QUENA

RECIÉN NACIDA EN DIC. 1939

EN CIRUJANO GUZMÁN 176

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CLAUDIO DE DOS AÑOS (1943)

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CARLOS VILA(44), CLAUDIO(3), QUENA(5)

  MARCELITA E. SALDIVAR MACK.

ALGARROBO  (1944)

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ELSITA CON QUENA, CLAUDIO E

HIJA  AMIGA LAS VERTIENTES (1947)

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FRANCISCO CEPPI (41), CLAUDIO(7), 

ALICIA(10), KENNA(9), ARIANA (15)
ALGARROBO 1948

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CARLOS VILA EN LA PLAYA

CON HIJO DE AMIGO (1947)

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                     CARLOS VILA (48), CLAUDIO (8)

                  QUENA (10) y ALICIA (11)

ALGARROBO 1950
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RESPALDO FOTO ANTERIOR
RECUERDO DE VERANEO
ALGARROBO (28/02/1950)


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ARIANNE, CLAUDIO, CARLOS Y QUENA

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QUENA 7 AÑOS ALGARROBO (1947)

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ARIANNE, CLAUDIO, CARLOS Y QUENA

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EL DOLOR DE LA SEPARACIÓN (1952)

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Asi como los terremotos sacuden la tierra y botan los edificios construidos por mano de los hombres, también hay hechos que remecen profundamente los cimientos de las personas quebrando sus más queridas ilusiones.

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Elsita había construido su vida en torno a un proyecto familiar en el que había puesto todas sus fuerzas, superando todas las contradicciones. Lamemente, por motivos incomprensibles para ella en esos momentos de su vida en los que frisaba los 50 años, se produjo inesperadamente el quiebre matrimonial, después de 35 años de una relación impregnada de poesía y romanticismo.

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Cuáles fueron los motivos o factores que indujeron a Carlos Vila, a los 52 años de vida poco antes de caer gravemente enfermo, a arriesgar su familia, talvez nunca lo sabremos. Ni para él ni para Elsita fue fácil la situación, dado que la enfermedad se manifestó brutalmente en pocos días presagiando lo peor.

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El diagnóstico fue inmediato : Cáncer Gástrico con metástasis extendida al hígado y al páncreas. No había nada que hacer, sólo paliativos para aliviar el dolor y ganar unos pocos días más de vida.

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(Elsita ya había sufrido un cáncer de pecho unos pocos años antes, el que fue diagnosticado y tratado muy oportunamente con los escasos recursos médicos de la época).

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Sus numerosas amigas corrieron a su lado para protegerla y apoyarla en esos difíciles momentos en los que se ponen a prueba los valores y fortalezas del ser humano. Y ante ellos la respuesta de Elsita, una vez más salió de su corazón a fin de encontrar una solución equilibrada entre el drama de la enfermedad y la crisis afectiva que los involucraba ambos y a los dos hijos, tratando de evitarle al enfermo un mayor sufrimiento emocional.

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Desde la perspectiva del tiempo, y luego de muchas reflexiones, no cabe duda que Carlos nunca dejó de amar a Elsita, pese a haberse enredado afectivamente con una mujer "intelectual" que lo supo halagar en sus propias pretensiones culturales.

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Fue, sin duda, un año muy duro que hizo tambalear la familia no sólo en el aspecto afectivo, sino también en el económico, pues Carlos que se había posicionado profesionalmente muy bien, no había previsto las consecuencias de una enfermedad que le impidiera trabajar y poder mantener su hogar y tratamientos.

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CARLOS VILA ALIAGA (1952)

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CARLOS VILA (1953)

CARLOS VILA FALLECIÓ

EL 18 DE AGOSTO DE 1953

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LA VIUDEZ:

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La nueva etapa de vida que se inició después del fallecimiento de Carlos Vila no resultó fácil, tanto por los aspectos económicos de una familia acostumbrada a un estándar de vida de capa media alta y sin los recursos monetarios acostumbrados, como por la necesidad de sacar a sus hijos adolescentes adelante  en sus estudios  y de rearticular su anterior sistema de relaciones sociales, construido en base al proyecto matrimonial.

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En esta etapa estrechó fuertemente, su ya profunda relación con su cuñada Sonia Ternstrom y sus hijas, pasando en cierta forma a constituirse en  una familia ampliada.

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Muy importante también fue  en esta época la amistad de Alicia Dumás, esposa del periodista Gonzalo Orrego, Lala Troncoso de Tatman, Lidia Castagneto, esposa de Luis Vergara Donoso,  Raquel de la Maza esposa de Camilo Cobo, Ester Sanfuentes, madrina de Claudio, y Maria Vergara vda. de Emilio Sanfuentes, con quienes se veía con frecuencia o hablaba por teléfono por largas horas casi todos los días.

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La adolescencia de su hija María Eugenia, que había sido muy regalona de su padre no era fácil. Quena, por su parte, era de un carácter mucho más fuerte que el de Elsita,  y combinaba una actitud, probablemente aprendida, de conseguir toda lo que quería usando la "pillería" o  el más burdo engaño, o simplemente, adoptando una actitud de rebelión y amurramiento que desesperaba a su madre, excesivamente deseosa de tener una buena relación y comunicación con su hija.

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Al hijo que iniciaba su primer año de humanidades, lo sacó durante un año de su colegio San Ignacio y lo puso interno en uno de los pocos colegios que en esa época tenían régimen de internado (Academia Excelsior), temerosa, por una parte, de no poder guiarlo adecuadamente en su calidad de madre viuda, y por otra, posiblemente mal aconsejada.

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Entre las cosas curiosas de la vida, en medio de la crisis de la separación matrimonial (1952), reapareció en la vida de Elsita, Gonzalo Arrieta Díaz, seis años mayor,  a quien había conocido en la época que trataba de comprar su casa de Cirujano Guzmán, pues era el encargado en la Caja de Previsión de Carabineros de realizar los cálculos de los Dividendos de la Amortización de la Deuda Hipotecaria, en una época que no existían las calculadoras y todo se hacía laboriosamente a mano.

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GONZALO ARRIETA (56) ENSEÑANDO GEOGRAFÍA

A CLAUDIO (13) EN CARTAGENA  (1954)

(PLAYA GRANDE DE CARTAGENA) 

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Gonzalo, era ya un hombre maduro de unos 55 años, pero muy jovial y sin compromisos afectivos, pues se había separado muy joven de su esposa, con quien había tenido tres hijos,  Gonzalo, Raúl y Hernán, y  pronto a jubilar de su empleo de la Empresa Portuaria con sede en San Antonio.  

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GONZALO ARRIETA DÍAZ

SANTIAGO (1962)

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Progresivamente, Gonzalo, hombre práctico y vital, completamente diferente al ex esposo,  se fue integrando a la vida familiar de Elsita, recibiendo la aceptación del círculo más íntimo de sus hermanos Francisco y Sergio, de sus hijos Claudio y Quena, y de algunas nuevos amigos y amigas que fueron progresivamente adquiriendo relevancia.

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Sin embargo,  el fuerte rechazo de la "mama" Angelina, que llevaba 15 años a cargo de la crianza de Quena y Claudio y de ejercer como "ama de casa", pues su "patrón" don Carlos, no podía ser reemplazado por un 'advenedizo', terminó en un fuerte conflicto en el que se vio envuelta Quena, su niña regalona; y que finalmente derivó en el despido traumático de la "mama".

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Ya sea, por las contradicciones inherentes a una nueva vida de pareja o por el carácter independiente de Elsita, no dispuesta a contraer nuevas obligaciones o el respeto a sus hijos adolescentes, la nueva relación, pese a ser cotidiana, se llevó siempre fuera de la casa, a la que Gonzalo llegaba regularmente por las tardes a compartir el ritual del aperitivo y organizar las actividades sociales que desde entonces se realizaron siempre fuera del hogar. Para Elsita, fue el compañero ideal que no sólo la acompañaba a todas sus diligencias, sino también, con quien constituyó un nuevo grupo de amigos que disfrutaban realizando frecuentes  paseos, cócteles, bailes y eternas y discutidas competencias de "canasta", que se acompañaban de innumerables cajetillas de cigarrillos de las más diversas marcas.

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Para Claudio y Quena, Gonzalo pasó prontamente a ser un especie de amigo llano, alegre y protector,  siempre  dispuesto a compartir sus cigarrillos y a invitar una Coca Cola en el Club Radical vecino, donde diariamente asistía a jugar interminables partidas de "cacho" o de "dominó" y que sorprendemente para una  época de gran verticalidad

en el trato entre niños y adultos, los autorizó para llamarlo directamente  por su nombre, evitando el fraudulento trato de "tío" que se usaba en estas situaciones.

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Talvez de allí derivó también que muy pronto, el apelativo de "mamá" desapareció del lenguaje familiar, transformándose definitivamente  en la Elsita para sus hijos.

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LAS FINANZAS FAMILIARES :

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LOS VERANEOS Y LOS POLOLEOS :

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LA LLEGADA DE RAÚL ARRIETA A LA FAMILIA, EL HIJO MENOR DE GONZALO  EN 1956 :

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MARÍA EUGENIA (KENNA) (20) (1959)

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KENNA Y RAÚL ARRIETA SÓLO DE ZALDIVAR

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CLAUDIO Y ELSITA 

PLAZA VIÑA DEL MAR (1960)

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RAÚL Y KENNA (1959)

RECIÉN CASADOS

PLAYA MARGARITA

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LOS VIAJES A CARACAS Y EL CARIÑO DE SU YERNO RAÚL

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LA MADUREZ Y LOS NIETOS:

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ELSITA CON GONZALO ARRIETA DÍAZ (1970)

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EN CASA DE GRAN AVENIDA 6759

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AL FONDO DE CASA GRAN AV. 6759

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En esa época, Gonzalo había perdido gran parte de su alegría de vivir pese a que no pasaba de los 65 años, tal como se aprecia en estas fotos, tomadas poco antes de su enfermedad. Paulatinamente se fue transformando en un ermitaño que salía muy poco, fumaba en exceso, sacaba numerosos  puzles durante el día y cuidaba de la pequeña huerta que cultivaba en el patio interior. Allí recibía las visitas de sus  hijos  Raúl y Hernán y ocasionalmente de sus nietos, además de las visitas casi diarias de Elsita que lo acompañaba jugando una 'canasta' en las tardes. Probablemente, la muerte de su hijo mayor "Chalo" en Caracas, a quien había dejado de ver durante varios años, lo afectó mucho más de lo que pudieron apreciar los que lo rodeaban, ignorando las consecuencias de una probable depresión, tal como se aprecia visualmente  en su actitud, desde la perspectiva de hoy.

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Obviamente, esto no se avenía con el carácter alegre y sociable de Elsita, pero sus sentimientos de lealtad y amistad no le permitieron un cambio de rumbos más acordes con su personalidad.

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Finalmente, un cáncer prostático avanzado se descubrió tardíamente, y pese a algunos dolorosos e innovadores  tratamientos quirúrgicos de la época, que soportó estoicamente, se produjo su fallecimiento, dejando sumida en una gran tristeza a Elsita, que superaba con grandes y solitarias caminatas a la orilla del mar.

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GONZALO EN CASA GRAN AV. 6759

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A partir de ese trágico suceso, la vida de Elsita se centró más en su familia directa, especialmente sus hermanos Sergio y Roberto que vivían muy cerca; como también de su hermano Francisco.

SERGIO CEPPI, HERMANO Y AMIGO

SERGIO EN SU  CASA DE LAS CRUCES

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PAULINA CEPPI, ALEJANDRO REYES, ELSITA Y SERGIO

EN CASA DE LAS CRUCES

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ELSITA EN PLAYA DE LAS CRUCES

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Durante un largo tiempo, el Balneario de Las Cruces, donde Sergio y su esposa Raquel Lazo, tenían una hermosa y amplia casa de veraneo, fue su refugio, que pudo disfrutar hasta casi el final de su vida, gozando de la vista del mar que amó profundamente, aunque en sus últimas estadías ya no pudiese recorrer sus playas, donde desde muy niña había soñado sus proyectos de vida y disfrutado del contacto con sus amigas.

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ELSITA JUNTO ESTERO VIÑA DEL MAR

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El primer nieto que le dio Kena fue Rodrigo, que nació en Caracas en Febrero de 1968 después de una larga espera de casi diez años de matrimonio. Elsita, en cuanto se informó del embarazo preparó sus maletas y rauda partió pensando en las dificultades que Kenna podría tener sóla y primeriza en un país extranjero.

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Afortunadamente todo salió muy bien y la presencia de Elsita resultó muy oportuna, tanto para ella como para Kenna, el yerno y el niño.

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Su segundo nieto fue Martín Vila el 04 de Abril de 1969, hijo de Claudio, quien un año antes, se había ido a vivir a Concepción por razones laborales.

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MARTÍN RECIÉN NACIDO

EN BRAZOS DE ELSITA (1969)

EN SANTIAGO, PARQUE GRAN BRETAÑA 1969

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MARTÍN VILA (3) CONCEPCIÓN (1972)

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ELSITA CON RODRIGO Y GONZALO ARRIETA

De regreso en Santiago en 1972
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El tercero y último, Gonzalo, nació al año siguiente en Enero de 1970, completando un trío de niños que cada vez que se podían encontrar, disfrutaban con sus juegos y bromas, alegrando a sus padres y a la abuela.

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LA ANCIANIDAD Y LOS BIZNIETOS

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Elsita alcanzó a conocer a Verónica, la hija mayor de Rodrigo, casado con Lorena Foral y actualmente alumna de Arquitectura en Valparaíso; y a José Raúl, el hijo de Gonzalo Arrieta, casado con Eliana Gutierrez, actualmente etudiante de Trabajo Social en Viña del Mar.

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KENNA CON VERÓNICA ARRIETA FORAL

VERÓNICA HIJA MAYOR DE RODRIGO ARRIETA VILA

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RODRIGO, VERÓNICA Y LORENA

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JOSÉ RAUL ARRIETA (2 AÑOS) 1988

HIJO DE GONZALO ARRIETA VILA

FRENTE CASA CERRO CASTILLO

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JOSÉ RAÚL

GUARDIA ESCOLAR

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ELSITA A LOS 90 CON CLAUDIO

EN CASA DE SONIA TERNSTROM

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SONIA TERNSTROM Y ELSITA CEPPI

EN 1992, EN DEPTO DE SONIA TERNSTROM

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SONIA, ARIANITA Y ELSITA (1992)

EN DEPTO. DE SONIA (1992)

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CON CLAUDIO Y MARTÍN VILA 

EN SU DEPTO. DE SAN JUAN DE LUZ (1992)

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EN DESARROLLO

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